En su origen aparece en áreas desérticas y montañosas, en gargantas y laderas pedregosas.
Es una palmera de tronco muy robusto pero con una copa no tan grande. Su fantástica floración -tal vez la más llamativa de las palmeras que podemos cultivar en nuestras condiciones- es resaltada por el color azulado de sus hojas. Sus peciolos están armados. Requiere posiciones soleadas y es muy resistente, como todas las Braheas, a la sequía y a los suelos pobres. Teme los suelos encharcados y ambientes húmedos.